viernes, 25 de marzo de 2016

Papeles pintados a mano: más allá de lo observable.


Hola qué tal! Hoy quiero compartir con ustedes otras formas en que expreso mi arte: papeles pintados a mano.

No tengo pre concebido qué voy a pintar ni qué colores voy a usar. Primero que todo despejo y acomodo el lugar de trabajo: limpio la mesa, le pongo papeles de diario para que no se manche (esto lo fui aprendiendo porque ay que ver todas las veces que ensucié o manché la mesa y me han regañado jajajajaja) y arriba despliego las hojas blancas que voy a pintar. Organizo todos los colores de pinturas que tengo, los pinceles, el agua, y el plato que hace de paleta. Lo único que pienso con anterioridad es con qué material voy a trabajar ese día, pero también es una cuestión de qué material me "inspira" ese día: acrílicos, pintura a base de alcohol, crayones, fibras...

Una vez que todo está dispuesto, elijo un par de colores y hago unas pintadas: dos o tres hojas y empiezo a jugar con los colores y texturas. Me es muy difícil explicar con palabras un proceso tan intuitivo y orgánico que surge del momento. Y es en esa "espontaneidad" en donde encuentro los más fantásticos e inesperados resultados. 

Ahora la primer pregunta que surge es ¿por qué pintar el papel?. Viene de mis circuitos cerebrales jajajaja. Creo que en algunos aspectos me considero una persona a la que, el blanco mismo del papel, no le inspira belleza natural. Aclaración: la tiene pero mi ojo siempre busca rellenar ese espacio en blanco con algo, cubrirlo, hacer que esa simpleza recorra otros caminos, quizás un poco más turbulentos, diferentes; provocar un cambio en lo que yo observo como estático. Otra vez me encuentro ante la dificultad de analizar el por qué y el cómo de mis expresiones y quiero repetir que esta es mi forma de ver las cosas. 

La otra pregunta es ¿para qué pintar el papel?. Bueno los usos son variados, depende del proyecto o de la idea en mente. Acá comparto algunos papeles que he pintado con alguno de los trabajos que he hecho:


                       









Y la tercera y última pregunta que surge es ¿por qué? Creo que el único hilo que conecta todo es lograr trasmitir algo a través de lo que hago, que creo que es lo que quiere todo artista. En mi caso particular, busco a través del origami, una conexión con el otro. Desde el momento en que lo pienso hasta el momento en que termino de hacerlo yo le imprimí cierto tipo de energía a esa pieza y mi deseo más profundo es que esa energía llegue al otro. De ese modo es que nos conectamos: no existe más el vos allá y yo acá, sino un nuevo nosotros.